Los síntomas de la enfermedad pueden incluir espinillas o puntos blancos, granos rojos leves, costras acuosas que pueden desarrollarse en el mentón y (menos comúnmente) en los labios, e hinchazón del mentón. En los casos más graves de la enfermedad, el gato puede desarrollar nódulos, costras sangrantes, pústulas, pérdida de pelo, un fuerte enrojecimiento de la piel y sentir dolor (que puede indicar forúnculos).