Debilidad, desorientación, disminución de apetito, arritmias, latidos cardíacos irregulares, detención completa de los movimientos intestinales, espasmos musculares, respiración lenta y convulsiones.
La alcalosis es un trastorno hidroelectrolítico en el que se presenta un aumento en la alcalinidad en la sangre (pH mayor de 7,40). La alcalosis metabólica se produce por un aumento de bicarbonato (HCO3-) o por una pérdida de ácidos en el cuerpo. En forma compensatoria, se produce un aumento de presión parcial de oxígeno en la sangre arterial (PaCO2) por el mecanismo de hipoventilación.
Debilidad, desorientación, disminución de apetito, arritmias, latidos cardíacos irregulares, detención completa de los movimientos intestinales, espasmos musculares, respiración lenta y convulsiones.
Las causas más comunes son terapia con bicarbonato que produce un exceso del compuesto en el cuerpo o medicamentos que incrementen la orina y pérdida de líquidos. También podría producirse la alcalosis por una pérdida de ácidos con un exceso de vómitos o obstrucción intestinal. Finalmente también puede estar causada por enfermedades como la hipoalbuminemia o enfermedades renales.
Las enfermedades que afectan el riñón y las funciones del tracto gastrointestinal suelen estar implicadas en la alteración del equilibrio ácido y alcalino en la sangre.
El veterinario preguntará por el historial completo de la salud del perro y posteriormente realizará un examen físico. Luego, solicitará un perfil completo de sangre incluido el perfil químico de sangre, hemograma completo, análisis de orina y análisis de gases en sangre.
Es muy importante un análisis de laboratorio para medir los niveles de ácido y de alcalinidad de los fluidos del cuerpo.
El tratamiento debe dirigirse a tratar la causa subyacente que haya provocado el exceso de alcalinidad. En caso de que la alcalinidad fuera grave, entonces sí habría que centrarse en solucionar primero este tema y sería necesario suspender cualquier fármaco que se estuviera suministrando y que agravara la situación ya existente. Para Para compensar la alcalosis el veterinario puede optar por la fluidoterapia para restaurar el equilibrio electrolítico con soluciones intravenosas de cloruro de sodio o por una suplementación oral de cloruro de potasio.
Es importante el seguimiento de la evolución por parte del veterinario. Debe controlar los niveles de pH, de bicarbonatos y de electrolitos en sangre. Normalmente si el problema se trata pronto tiene un buen diagnóstico. Los problemas surgen cuando se abandona el problema porque acaba provocando daños orgánicos.