Falta de apetito, aumento de la sed y la orina, pérdida de peso, vómitos, diarrea (en ocasiones), acumulación de líquido en el abdomen, edema en varios sitios del cuerpo (especialmente en las extremidades), fiebre, inflamación articular, deshidratación, debilidad, letargo e ictericia (en caso de afectación hepática).
El amiloide se puede depositar en varios órganos y los síntomas variarán en función del órgano afectado. Los síntomas también pueden variar por la cantidad de amiloide depositada, y la reacción del órgano.