La visión no suele verse afectada por la atrofia del iris pero el perro puede experimentar una mayor sensibilidad a la luz.
Los síntomas más usuales suelen ser un tamaño de las pupilas desiguales, un borde de la pupila irregular, unas áreas del iris delgadas o ausentes, unos agujeros dentro del estroma del iris, unas manchas negras que pueden parecer pupilas adicionales o un hinchazón de la córnea.