Fatiga, debilidad y depresión. Pérdida de peso y de apetito, vómitos, diarrea y deshidratación. Pérdida de pelo, manchas en la piel como resultado de pequeñas hemorragias y mal aliento. Pérdida muscular.
La azotemia y la uremia son dos enfermedades conllevan un exceso de desechos corporales en la sangre.
En las células del organismo se producen constantemente reacciones químicas que generan desechos. Estos son recogidos por la sangre y el trabajo de los riñones es limpiar la sangre. En los riñones se filtran los desechos y se expulsan al exterior con la orina. Y cuando los riñones no funcionan bien, se derivan enfermedades como la azotemia y la uremia.
La azotemia se diagnostica cuando en la sangre encontramos una concentración demasiada alta de urea y creatinina o sustancias nitrogenadas. Y la uremia cuando encontramos una concentración demasiada alta de urea en sangre. La urea es un compuesto nitrogenado producto de la digestión de las proteínas
Fatiga, debilidad y depresión. Pérdida de peso y de apetito, vómitos, diarrea y deshidratación. Pérdida de pelo, manchas en la piel como resultado de pequeñas hemorragias y mal aliento. Pérdida muscular.
Podemos encontrar múltiples causas que hagan que la sangre no quede filtrada en los riñones. Las más usuales son:
El veterinario detectará el problema con una analítica completa de sangre. Los niveles de urea y desechos en sangre salen reflejados.
El veterinario actuará rápidamente para evitar que los riñones queden perjudicados puesto que de ser así no recuperarán su funcionamiento normal.
Si el veterinario detectara un grave desequilibrio debería hospitalizar al perro y estabilizarlo con una terapia de fluidos.
El veterinario tratará de solucionar las causas. Lo más inmediato sería cambiar la dieta por una baja en proteínas. También será importante ver si hay que desbloquear las vías urinarias para que los desechos puedan ser expulsados con normalidad.