El tratamiento variará según la afectación que presente el gato. Si es leve, el gato será hospitalizado temporalmente y se aplicará un catéter urinario y alimentación intravenosa. Si es grave y el gato tiene problemas respiratorios, entonces será necesario ingresarlo en la UCI y monitorizar su evolución hasta que mejore. Habrá que conectarle un respirador para ayudarle a respirar y suplir la parálisis de los músculos respiratorios y alimentarle con sonda.
Se administrará siempre una antitoxina de tipo C para atacar la toxina botulínica y evitar la progresión de la parálisis.
En este caso es mucho mejor prevenir que curar porque puede complicarse mucho y el tratamiento suele ir de entre una a tres semanas. Sin embargo, la prevención es tan fácil como no dejar que el gato coma carne cruda en mal estado.