Puede notar una masa firme y lisa que cubre el espacio gingival. La presencia de una masa suele ser suficiente para convencer a un propietario de visitar al veterinario.
El ameloblastoma (inicialmente conocido como adamantinoma), es una neoplasia que afecta la estructura normal de los dientes en gatos, presentándose en forma de masa benigna en la mayoría de los casos aunque en algunos gatos se presenta en su forma maligna y es altamente invasiva. Afecta principalmente a gatos de mediana edad o mayores.
Puede notar una masa firme y lisa que cubre el espacio gingival. La presencia de una masa suele ser suficiente para convencer a un propietario de visitar al veterinario.
La causa exacta aún es desconocida.
El veterinario realizará un examen físico completo, acompañado de un examen detallado de la cavidad oral y de la masa tumoral. Además, se ejecutarán pruebas de rutinas de perfil sanguíneo completo (recuento y perfil químico) y análisis de orina.
Los rayos X del cráneo son necesarios para estimar el grado de penetración de la neoplasia dentro de las estructuras óseas. Conjuntamente, la tomografía computarizada proporcionará mejor diagnóstico y ayudará a planificar el tratamiento para su gato.
De ser necesario, se realizará una biopsia del tejido para definir la naturaleza del ameloblastoma para saber, si este es benigno o de naturaleza maligna.
Requerirá de hospitalización para la escisión quirúrgica como tratamiento efectivo contra neoplasias benignas. Durante la cirugía, tras determinar su tamaño, ubicación y grado de penetración, su veterinario podrá extirpar algunos márgenes del tejido normal, para garantizar la supresión completa de la neoplasia. En algunos gatos, la radioterapia es necesaria para complementar el tratamiento quirúrgico. En otros casos, la radioterapia por sí sola es suficiente para solucionar el problema.
La mayoría de los gatos se recuperan a las pocas semanas después del tratamiento quirúrgico. Requerirá de dietas especiales sobretodo dietas líquidas, hasta que el gato esté completamente recuperado y pueda comenzar a comer normalmente de nuevo.
Adicionalmente, el veterinario programará visitas de seguimiento cada tres meses para una evaluación completa y controles para asegurarse de que no haya reaparición del tumor.