Una convulsión puede tener varios síntomas o sólo unos pocos, incluyendo:
- Pérdida de conciencia
- Contracción muscular
- Alucinaciones
- Orinar involuntariamente, defecar, babear (salivar)
- Pérdida de reconocimiento del propietario
- Correr en círculos
Una convulsión típica tendrá tres etapas. En la primera etapa (auditiva), el comportamiento del gato será fuera de lo común. Puede esconderse, parecer nervioso o buscar a su dueño. Puede estar inquieto, temblando o babeando (salivando). La fase auditiva puede durar desde unos pocos segundos hasta unas pocas horas.
La segunda fase es la convulsión en sí misma y durará desde unos segundos hasta unos cinco minutos. Todos los músculos del cuerpo pueden contraerse. El gato puede caer de lado y parecer que no se da cuenta de lo que está pasando. La cabeza irá hacia atrás por las convulsiones. Probablemente orinará, defecará y salivará. Si esto dura más de cinco minutos, se dice que la convulsión es prolongada. Los episodios de convulsiones son angustiosos pero debes saber que el gato no sufre dolor.
Después de la convulsión, el gato estará confundido e desorientado. Babeará y se paseará. Puede también sufrir ceguera temporal. Puede ser necesario estabilizar la temperatura si ha subido.
Si el gato tiene un ataque, preste atención a los detalles. El veterinario necesitará detalles específicos para hacer el diagnóstico. Debes observar los patrones de respiración, el movimiento. la rigidez de las extremidades, la dilatación o el movimiento de los ojos, la salivación, la posición del cuerpo y los movimientos musculares. El veterinario preguntará por la duración de las convulsiones.