Para maximizar las posibilidades de concepción con una reproducción bien programada, es mejor señalar, lo más cerca posible, el día de la ovulación. Los síntomas del celo son evidentes por su roce con los objetos, su voz (mucho más de lo habitual) y el interés mostrado por el gato macho. Sin embargo, el momento de la cría es menos crítico con las gatas y depende en última instancia de la cantidad de hormona luteinizante (LH) liberada, que se desencadena mediante la estimulación de la vagina y el cuello del útero de la reina.