Si las larvas se encuentran al final de su etapa migratoria y se han asentado debajo de la piel, los ojos o la nariz, el veterinario podrá eliminarlas de forma segura. Los quistes se pueden abrir de forma quirúrgica y eliminar las larvas. Las manifestaciones de migración pulmonar se pueden solventar con antiparasitarios de amplio espectro y corticosteroides. Pero, si el parásito ha migrado al cerebro y ha provocado daño neuronal, la eutanasia puede ser la única solución.
Es recomendable aplicar mensualmente productos preventivos para el control de pulgas o garrapatas para evitar que las larvas se desarrollen en el perro.