Desmayos, debilidad repentina, dificultad para respirar, elevada frecuenca cardíaca y acumulación de liquidos en el abdomen. Puede conllevar la muerte súbita.
El corazón se divide en 4 cavidades: las dos superiores son las aurículas y las dos inferiores son las ventrículas. El desgarro de la pared atrial se produce cuando se rompe la pared que divide las dos aurículas.
Esta condición suele ocurrir como consecuencia de un traumatismo contundente. Normalmente el desgarro cicatriza por sí solo pero si el desgarro es importante se producirá una hemorragia intensa que podría provocar la muerte súbita del can.
Desmayos, debilidad repentina, dificultad para respirar, elevada frecuenca cardíaca y acumulación de liquidos en el abdomen. Puede conllevar la muerte súbita.
La principal causa es un traumatismo. También podrían ser las causantes un neoplasia en el corazón u otras enfermedades cardíacas.
El veterinario requerirá el historial clínico del perro e indagará sobre posibles golpes que pudieran haber ocasionado el desgarro. También realizará análisis de sangre y de orina completos. Aunque no suelen aportar demasiado, ayudarán a determinar si existe una enfermedad subyacente o no.
Para confirmar la condición será necesario utilizar Rayos X, ecografías y estudios doppler que muestren anomalías en el corazón.
El enfoque del tratamiento irá dirigido a evitar complicaciones como consecuencia del desgarro. Aunque el desgarro haya cicatrizado por sí sólo, el perro podría presentar complicaciones.
En algunas ocasiones se requerirá de cirugía para solucionar el problema. Aunque la cirugía vaya bien, la condición no tiene un pronóstico nada optimista. Se aconsejará que los perros que hayan sufrido un desgarro guarden reposo para curarse y evitar complicaciones.
El veterinario establecerá un calendario de seguimiento para garantizar la correcta evolución de la recuperación y probablemente establecerá unas pautas de reposo, manejo y alimentación.