Displasia de codo: desarrollo anormal del codo en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

La displasia del codo es una afección causada por el crecimiento anormal de células, tejidos o huesos que conducen a una malformación y degeneración de la articulación del codo. La edad de inicio de los signos clínicos suelen ser de 4-10 meses. La enfermedad es más habitual en perros de razas grandes como el Labrador, el Golden, el Pastor Alemán y el Rottweiler.

Las alteraciones del tejido óseo primero producen una inflamación de la articulación o artritis y después se produce la osteoartrosis que es un desgaste del tejido óseo.

Entre las razas de perros más predispuestas a la enfermedad se encuentran: Perdigueros de Labrador, Rottweilers, Perdigueros de Oro, Pastores alemanes, Perros de Montaña de Berna, Chow Chows, Collies barbudos y Terranova. 

Síntomas

Dolor al extender o flexionar el codo. Cojera intermitente o persistente que se agrava con el ejercicio. Progresa desde la rigidez y se nota más después de que el perro haya estado descansando. Líquido en la articulación. 

Los signos no suelen ser evidentes cuando los perros son jóvenes.

Causas

Es una enfermedad con un componente genético muy importante, no obstante el entorno y la alimentación también pueden favorecer la aparición de la enfermedad. El sobrepeso, el ejercicio excesivo o el crecimiento rápido son factores de riesgo.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por la aparición de los primeros síntomas y los antecedentes familiares. Con estos datos, empezará por una exploración física dónde palpará y evaluará el movimiento del codo del perro. Si sospechara de la enfermedad, necesitará de radiografías, tomografía computarizada o imágenes de resonancia magnética para realizar un diagnóstico. Igualmente, podría tomar muestras del líquido de la articulación y realizar un examen artroscópico para un diagnóstico definitivo. 

Un diagnóstico temprano es vital para conservar al máximo la movilidad del codo y por tanto la capacidad para caminar del perro.

Tratamiento

Si la displasia no fuera grave, el veterinario podría optar por un tratamiento conservador. En este caso se establecería un control del peso y del ejercicio, se aconsejaría fisioterapia, se podrían recetar medicamentos antiinflamatorios, analgésicos y suplementos como el omega3 para la salud articular. Con esto, y quizás algún complemento ortopédico, el perro podría recuperar la movilidad en casos leves.

En casos más graves, el veterinario tendrá que recurrir a la cirugía. El veterinario realizará una artroscopia si tuviera que retirar trozos de hueso o cartílago de la articulación. Si tuviera que alinear y corregir la articulación tendrá que realizar una cirugía abierta. Y si tuviera que mejorar el encaje de la articulación podría realizar una osteotomía.

Después de la intervención quirúrgica, la actividad estará restringida durante cuatros semanas sin embargo, para evitar el desgaste muscular o rigidez anormal, deberá fomentar el movimiento temprano y activo de la articulación. Si el problema se trata pronto lo normal es una buena recuperación. Puede quedar una artritis recurrente en la articulación pero con un buen tratamiento no debería afectar demasiado a la calidad de vida del perro.