Si el gato sufre un episodio repentino y grave de hipoadrenocorticismo hay que llevarlo al veterinario con rapidez, el cual realizará la hospitalización inmediata y una terapia intensiva.
Según el tipo y la gravedad de los síntomas, el gato recibirá un tratamiento distinto. En el caso de que los fluidos corporales del animal sean bajos, se les administran líquidos por via intravenosa.
Una vez solucionada la urgencia, lo más efectivo es equilibrar de forma artificial las hormonas que faltan. El veterinario será el encargado de calcular la dosis que equilibraría la falta de hormonas. La dosis puede aumentarse en caso de situaciones de estrés como viajes o cirugía.
Se trata de un tratamiento de por vida. Se deberá visitar al veterinario de forma regular para que pueda medir el nivel de hormonas del gato y reajustar la terapia. Normalmente son necesarias inyecciones de hormonas mensuales o cada tres semanas.
El dueño del gato ha de ser consciente y disciplinado para que el tratamiento sea beneficioso y nuestra mascota pueda llevar una vida completamente normal. Es aconsejable visitas mensuales al veterinarios donde también se regularán los niveles de electrolitos ya que éstos pueden verse alterados por las inyecciones de hormonas.