El principal síntoma es la cojera en una o varias articulaciones. La cojera es intermitente y puede pasar de una pierna a otra. Las articulaciones están inflamadas y calientes y el perro mostrará dolor cuando se toquen. Algunos perros también desarrollan problemas renales con síntomas como falta de apetito, pérdida de peso, aumento de micción y sed, vómitos, diarrea y acumulación de líquidos en el abdomen y debajo de la piel principalmente en las piernas.
Otros síntomas pueden ser rigidez, dificultad para respirar, fiebre, depresión y ganglios linfáticos hinchados.