La enfermedad puede ser difícil de detectar porque no presenta síntomas hasta que crecen los quistes. Una vez crecen, es posible detectar los riñones inflamados durante una palpación abdominal. También pueden mostrar aumento de sed y micción, pérdida de peso, vómitos, pérdida de apetito, debilidad y letargo, mal aliento y úlceras en la boca.