La progresión de los síntomas puede ocurrir rápidamente. Con frecuencia, uno de los primeros signos perceptibles es la pérdida de apetito.
Otros signos de toxicidad por aspirina en los gatos son los vómitos y la diarrea, provocados por una ulceración en el estómago y el intestino delgado. El vómito o la diarrea pueden contener sangre fresca (roja) o sangre digerida (marrón oscuro a negro).
El sistema nervioso central también puede verse afectado, causando que su gato tenga problemas para caminar, parezca débil y descoordinado, o incluso se derrumbe. También puede ocurrir la pérdida de conciencia y la muerte súbita.
Incluso dosificada en la cantidad apropiada, la aspirina para gatos puede producir estos síntomas, por lo tanto es imperativo que usted monitoree a su gato por cualquier problema digestivo o cambios en el comportamiento cuando le dé la aspirina que le haya recetado un veterinario.
Si se ingiere una cantidad significativa de aspirina, será necesario un tratamiento médico de emergencia.