El tratamiento consiste en la aplicación de ungüentos tópicos y gotas para los ojos. El medicamento y la dosificación dependerá de la causa y la gravedad de la inflamación. Los antiinflamatorios ayudarán a rebajar la inflamación y si la causa fuera una infección el veterinario recetará antibióticos o antifúngicos. Si la enfermedad estuviera causada por una enfermedad autoinmune se recetarán inmunosupresores.
En la mayoría de los casos, el tratamiento puede administrarse de forma ambulatoria y se recomienda la observación durante las siguientes semanas para garantizar que no surjan complicaciones graves. Se puede sugerir el uso de un collar isabelino para evitar que el perro se rasque o se frote el ojo.
La epiescleritis puede aparecer nuevamente, de manera que debería llevarse un seguimiento de la evolución pero el pronóstico es bueno.