Epilepsia y convulsiones en perros
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Reservado

La epilepsia abarca cualquier trastorno cerebral que provoca actividad convulsiva en los perros. La epilepsia es un trastorno neurológico ocasionado por una actividad electroquímica exagerada en el cerebro, provocando ataques físicos repentinos, incontrolables y recurrentes que pueden venir con o sin pérdida de la conciencia. Cuanto más joven es el perro, más grave será el ataque epiléptico. 

Se describen dos tipos de epilepsia: 1) epilepsia idiopática o genética, donde se desconoce la causa subyacente y se caracteriza por lesiones cerebrales estructurales. Esta es frecuente en perros machos; 2) epilepsia sintomática, en la cual los ataques recurrentes no resultan en daños o lesiones cerebrales.


Síntomas

Cuando un perro tiene una convulsión parcial, solo se verá afectada una extremidad, un lado del cuerpo o solo la cara. Una vez que comienzan los ataques, el perro caerá de costado, se pondrá rígido, moverá su mandíbula, salivará mucho, orinará, defecará, vocalizará y / o remará con las cuatro extremidades (generalmente 30 y 90 segundos). 

El comportamiento posterior a la convulsión se conoce como conducta postictal e incluye períodos de confusión y desorientación, caminar sin rumbo, ceguera, aumento de la sed y aumento del apetito. 

La recuperación después del ataque puede ser inmediata, o puede tomar hasta 24 horas. En general, cuanto más joven es el perro, más severa será la epilepsia. Como regla, cuando el inicio es antes de los 2 años, la condición responde positivamente a la medicación. Cuantas más convulsiones tenga un perro, más probable es que haya daño cerebral y más probable que se repitan los episodios.

Causas

Normalmente la causa es congénita y la enfermedad se presenta por primera vez a los 2 o 3 años.

La epilepsia también puede estar causada por tumores cerebrales, traumatismos, trombos, trastornos hormonales, enfermedades víricas, enfermedades vasculares o hepáticas. Las convulsiones pueden ser: 1) focales o parciales, donde sólo se ve afectada una parte del cerebro, y 2) generalizadas, en la cual se afecta ambos lados del cerebro y puede generar pérdida de la conciencia. 

La epilepsia idiopática es genética en muchas razas de perros, siendo las razas más propensas: Beagle, Keeshond, Belga tervuren, Golden retriever, Labrador retriever, Vizsla, Pastor de Shetland. 

Los estados epilépticos generalmente se manifiestan desde los 10 meses hasta los 3 años de edad. Si la epilepsia es diagnosticada, los perros no deben ser utilizados para la reproducción.


Diagnóstico

Los dos factores más importantes en el diagnóstico de la epilepsia idiopática son: la edad de inicio y el patrón de convulsiones. Si el perro tiene más de dos convulsiones dentro de la primera semana, se puede considerar un diagnóstico diferente a la epilepsia idiopática. 

Si las convulsiones ocurren cuando la mascota tiene menos de 6 meses o más de 5 años puede ser de origen metabólico o intracraneal. Las pruebas bioquímicas pueden revelar bajo azúcar en sangre, insuficiencia renal y hepática, hígado graso, enfermedades infecciosa en la sangre, enfermedades virales o fúngicas, entre otras.


Tratamiento

El veterinario tratará de solucionar las causas para que desaparezcan las convulsiones. Si esto no fuera posible porque la epilepsia fuera congénita, entonces puede utilizar medicación para controlar las convulsiones y reducirlas. Algunos medicamentos corticosteroides, antiepilépticos y anticonvulsivos pueden reducir la frecuencia de los ataques. Dependerá en gran medida del tipo de epilepsia que tenga el perro. Medicamentos como el Phenobarbital que es un barbitúrico, reducen la actividad del cerebro y del sistema nervioso y previenen las convulsiones. Hay que tener en cuenta que los barbitúricos son medicamentos que comportan riesgos y debe ser el veterinario quién lo recete de forma correcta.

Es necesario monitorizar los niveles terapéuticos de los medicamentos en la sangre. Algunos perros requerirán un seguimiento del perfil químico sanguíneo y sérico después de iniciar el tratamiento durante la segunda y cuarta semana. Vigila el peso y consulta a tu veterinario para un plan de dieta. 

Se recomienda controlar la actividad de los perros con epilepsia para evitar accidentes durante las convulsiones.