La naturaleza de los sonidos varía desde anormalmente fuerte a un obvio aleteo y chillidos agudos, dependiendo del grado de estrechamiento de las vías respiratorias.
Puede notar un mayor esfuerzo respiratorio; la respiración suele ir acompañada de cambios corporales obvios (como la extensión de la cabeza y el cuello y la respiración con la boca abierta)
El gato también puede experimentar una pérdida de voz y una incapacidad para maullar.