Aparte de los niveles anormalmente altos de proteína en la orina, a menudo no hay síntomas asociados con la proteinuria. Sin embargo, en algunos casos, puede haber sangre en la orina del gato.

Si el problema es la dieta, la solución es sencilla: modificar la dieta. Sin embargo cuando existen otras causas, hay que solucionar el problema con urgencia. Un alto nivel de proteínas en orina puede venir motivado por hipertensión arterial, inflamación de los riñones, lipemia, infección crónica, sangre o pus en la orina y en ocasiones ejercicio extenuante.

La prueba más común es una tira de prueba de inmersión en orina, que reconoce su contenido y composición.  Si se sospecha que los riñones no pueden procesar los desechos (enfermedad glomerular), el veterinario le recomendara una biopsia renal. 

El ultrasonido y las radiografías servirán para detectar la causa de las afecciones crónicas.

El tratamiento suele ser en su mayoría ambulatorio e incluye cambios en la dieta del animal, sobretodo si se ha detectado que presenta problemas para procesar los desechos. Si sufre de infección de riñón o está inflamado, se recetarán antibióticos. 

Cuando la enfermedad glomerular es el causante de la proteinuria, las modificaciones en la dieta son efectivas. El veterinario programará vistitas frecuentes para monitorear los niveles de proteína en la orina y evitar complicaciones graves como los coágulos sanguíneos, la presión arterial alta, los edemas y las enfermedades renales progresivas.