La insuficiencia pancreática exocrina puede causar problemas digestivos, malnutrición y/o absorción inadecuada de nutrientes en el cuerpo de su gato, lo que puede contribuir a un crecimiento excesivo de bacterias en los intestinos.
Los síntomas pueden incluir diarrea crónica; pérdida de peso a pesar de un apetito normal o mayor; volumen frecuente o mayor de heces y gases; y coprofagia, una condición que hace que un animal se coma sus propias heces.