El tratamiento estará orientado en estabilizar la salud de la mascota y controlar los síntomas. Si requiere de oxígeno, el gato será hospitalizado. El veterinario podrá administrarle al prednisona (corticosteroides), antifibróticos y broncodilatadores (para dilatar las vías respiratorias).
Esta es una enfermedad potencialmente mortal si no se trata a tiempo. Si la mascota es obesa, puede dificultar el tratamiento e impedir la respiración adecuada.
El pronóstico de gatos con fibrosis pulmonar es malo porque normalmente se detecta muy tarde. Los síntomas no son evidentes hasta que la enfermedad no está muy avanzada. Por lo general, solo sobreviven entre 8 a 15 meses. Mientras la mascota deba estar en tratamiento, deberá restringir la actividad física y eliminar cualquier posible exposición al polvo y humo.
Se programarán citas de seguimiento y control para evaluar la eficacia del tratamiento. Durante las visitas, su veterinario podría necesitar realizar biopsias pulmonares para efectuar exámenes microbiológicos.