Dependiendo de la causa, variará el tratamiento. Se puede extraer el líquido abdominal para que el gato se sienta más cómodo. También puede ser necesaria una cirugía correctiva si se determina la presencia de tumores o si fuera necesario detener una hemorragia abdominal.
La medicación también variará según las causas. La ascitis séptica, provocada por infección bacteriana precisa de terapia antibiótica. Un tratamiento basado en diuréticos potentes puede ser contraproducente ya que los niveles de potasio en sangre pueden disminuir de forma drástica, lo que se conoce como hipocalemia, empeorando los síntomas y creando complicaciones adicionales.
Como las causas son diversas, no existe un método preventivo que las abarque todas. Eso sí, hasta donde es posible, evitar circunstancias que provoquen el traumatismo abdominal.
Por lo demás, controlar la vida del gato con la medicación adecuada establecida por el veterinario. En los casos de ascitis por daño hepático, insuficiencia cardíaca o niveles bajos de proteínas en sangre se recomienda la restricción de sodio en la dieta.