Hepatitis granulomatosa en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

La hepatitis granulomatosa es una afección caracterizada por la formación de granulomas o masas en el hígado. Estos granulomas son acumulación de células inmunitarias que responden a una infección, inflamación u otros agentes.

Por lo general, esta condición se debe a una infección fúngica, aunque también puede tener una bacteria, un virus, un parásito o un cáncer como origen.

Síntomas

Falta de apetito, pérdida de peso, vómitos, diarrea, aumento de orina y sed, letargo, dolor abdominal, distensión abdominal, ictericia (decoloración amarillenta de la piel y del blanco de los ojos) y fiebre.

Causas

Por lo general, esta condición se debe a una infección fúngica, aunque también puede estar causada por una bacteria, un virus, un parásito o un cáncer. Infecciones fúngicas por blastomicosis, coccidioidomicosis e histoplasmosis. También podría estar causada por reacciones farmacológicas o trastornos inmunomediados (alteración del sistema inmune). 

En algunos casos, las causas pueden ser de origen desconocido (idiopático).

Diagnóstico

La hepatitis granulomatosa afecta a varios sistemas del cuerpo, dificultando el diagnóstico. El veterinario preguntará por el historial médico y la aparición de los primeros síntomas y hitos recientes relevantes. Seguidamente, el veterinario realizará un examen físico completo acompañado de un perfil químico sanguíneo, conteo sanguíneo completo, análisis de orina y panel de electrolitos. 

Los análisis de sangre pueden revelar anormalidades relacionadas a una condición subyacente. Por otro lado, el perfil químico mostrará niveles elevados de bilirrubina y niveles bajos de glucosa. Los análisis de orina manifestarán altos niveles de proteínas, glóbulos rojos y glóbulos blancos en la orina, indicativos de una infección. 

Las radiografías abdominales son útiles para observar cualquier anomalía del hígado que normalmente se mostrará inflamado, o masas abdominales o un exceso de líquido dentro de la cavidad abdominal. Una ecografía abdominal permitirá evaluar cambios en el hígado y una biopsia hepática sería la confirmación definitiva mediante histopatología. 

Tratamiento

La dificultad del diagnóstico por las múltiples causas que puede tener, junto a las graves complicaciones que pueden derivarse de la enfermedad, hace que sea difícil recetar un tratamiento exitoso.

El tratamiento es muy variable. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, el perro podría requerir cuidados hospitalarios para el tratamiento inicial. Se deberían administrar líquidos junto con soporte nutricional en caso de que el perro no pudiera alimentarse.

El perro será tratado con antibióticos o antifúngicos si hubiera infección. Si fuera una enfermedad inmunomediada, entonces el veterinario utilizará corticoesteroides o inmunosupresores. Y en todos los casos hay que proporcionar soporte hepático con una dieta especial y hepatoprotectores para evitar que se agrave el problema en el hígado porque el perro podría acabar desarrollando enfermedades graves como la cirrosis o la insuficiencia hepática