El hifema es una urgencia veterinaria y habría que acudir rápidamente al veterinario. Lo más normal es que el veterinario trate de estabilizar el problema y después remita al perro a un oftalmólogo especialista.
Lo primero será contener la inflamación y controlar el dolor con analgésicos y antiinflamatorios. Después, el veterinario tratará de solucionar las causas subyacentes que provoquen la hemorragia. Si la enfermedad es sistémica, el veterinario podría recetar antibióticos para combatir infecciones o transfusiones de sangre para solucionar coagulopatías.
En casos graves podría ser necesario drenar la sangre del ojo aunque lo habitual es que la sangre del hifema vaya drenando y el ojo se recupere por sí sólo. Si el problema se alarga, en ocasiones surgen complicaciones que pueden derivar en desprendimientos de retina, cataratas o ceguera en los casos más graves.