Dependen del grado de sangrado y de si la visión ya se ha visto afectada. Los signos comunes que se observan durante un examen físico son: sangre dentro de la cámara anterior del ojo, edema corneal, lesiones corneales y presión intraocular elevada.
El hifema no es una enfermedad sino una condición que se caracteriza por la presencia de sangre en la cámara anterior de los ojos de los perros. El hifema puede estar motivado por problemas en los ojos o por problemas sistémicos.
En función de la gravedad, los hifemas se clasifican como:
Dependen del grado de sangrado y de si la visión ya se ha visto afectada. Los signos comunes que se observan durante un examen físico son: sangre dentro de la cámara anterior del ojo, edema corneal, lesiones corneales y presión intraocular elevada.
Cuando el Hifema se debe a alteraciones oculares, normalmente sólo afectan a un ojo y podemos encontrar las siguientes causas:
Y cuando se deben a alteraciones sistémicas, normalmente la sangre se presenta en los dos ojos y las causas suelen ser:
El diagnóstico lo deberá realizar un veterinario especializado en oftalmología. En primer lugar realizará una exploración física. Normalmente la sangre se detecta en la parte inferior del ojo porque cae hacía abajo por gravedad.
El veterinario realizará también una tonometría para averiguar la presión intraocular, una ecografía del ojo y también una analítica sanguínea y medición de la presión arterial.
El veterinario finalmente tratará de descartar otros problemas que provocan la presencia de sangre en los ojos. Descartará que no sea una hemorragia de la córnea, del iris o de la cámara vítrea.
El hifema es una urgencia veterinaria y debes acudir rápidamente al veterinario. Lo más normal es que tu veterinario trate de estabilizar el problema y después te remita a un oftalmólogo especialista.
Lo primero será contener la inflamación y después tratar las causas subyacentes que provoquen la hemorragia.
Para el tratamiento el veterinario recetará:
Lo habitual es que la sangre del hifema vaya drenando y el ojo se recupere. Sin embargo, en ocasiones surgen complicaciones que pueden derivar en desprendimientos de retina, cataratas o ceguera en los casos más graves.