Dependiendo de si los nervios de ambos ojos han sido afectados, puede ser difícil observar los síntomas. Si ambos nervios están inflamados, normalmente habrá signos de ceguera.
Los síntomas incluirán chocar con cosas, perderse en el hábitat normal, una actitud temerosa y ser incapaz de coger juguetes o encontrar objetos. También puede haber un comportamiento agresivo. Si la enfermedad ha afectado al cerebro del gato, los indicadores neurológicos estarán presentes. Sin embargo, si la enfermedad es de naturaleza sistémica, el gato puede mostrar signos de debilidad, anorexia y letargo.