Los signos suelen ser leves y se deben únicamente a los efectos de los altos niveles de calcio en la sangre.
- Aumento de la sed y de micción
- Vómitos
- Falta de apetito
- Lentitud
- Debilidad
- Presencia de cálculos en el tracto urinario
- Estupor y coma
- Glándulas paratiroideas agrandadas
- Fracturas óseas
- Mala condición corporal