Hiperparatiroidismo en perros
Urgencia: Puede esperar
Pronóstico: Reservado

El hiperparatiroidismo es una condición médica por la que las glándulas paratiroideas están más activas de lo normal y hacen que circule un exceso de la hormona paratiroidea en la sangre (PTH). Las glándulas paratiroideas están en los laterales del cuello, al lado de la de las glándulas tiroideas tocando a la tráquea.

La hormona paratiroidea regula los niveles de calcio y fósforo en sangre y ello explica su importancia. Un exceso provoca hipercalcemia.

Síntomas

Los síntomas son muy leves. Pueden presentar aumento de micción y de sed, falta de apetito, vómitos, debilidad, lentitud, estupor, cálculos en el tracto urinario y un agrandamiento de las glándulas paratiroideas en el cuello que puede ser palpable. El hiperparatiroidismo nutricional secundario está causado por dietas que tienen muy poco calcio y vitamina D o demasiado fósforo (es un tipo de desnutrición).

Causas

Distinguimos dos tipos de hiperparatiroidismo. El primario se produce cuándo un tumor provoca altos niveles de hormona paratiroidea en sangre lo que se traduce en un exceso de calcio en sangre. El secundario se produce por una deficiencia de calcio y vitamina D y se relaciona con una mala alimentación o una enfermedad renal porque ambas provocan una producción excesiva de PTH.

Diagnóstico

El veterinario tratará de averiguar si los niveles de calcio y fosfato son normales mediante un análisis de sangre y de orina. Si en las analíticas detectara unos niveles elevados de PTH primero tratará de ver si hay algún tumor en las glándulas paratiroideas. Para ello lo más apropiado suele ser una prueba de ultrasonido. Sí el veterinario no encontrase ningún indicio, podría necesitar una cirugía para explorar las glándulas tiroides y paratiroideas.

También podría pedir prueba para analizar la función renal del perro.

Tratamiento

Normalmente la afección primaria requiere de hospitalización y cirugía para extirpar el tumor. El perro tendrá que ser tratado en el hospital con terapia de fluidos y control postoperatorio de los niveles de calcio.

En el caso de que la afección fuera secundaria, suele tratarse de forma ambulatoria con dietas bajas en fósforo y suplementos de calcio. Si el veterinario confirmara que la enfermedad se debiera a un mal funcionamiento de los riñones, entonces deberá solucionar también el problema renal.

Sea cual sea la causa, siempre será conveniente en realizar un seguimiento del paciente para evaluar los niveles de calcio y fósforo en sangre.