El tratamiento ambulatorio es suficiente si su mascota responde bien a los medicamentos que inhiben la producción de la hormona tiroidea. Un ajuste de la medicación suele ser suficiente en los gatos que han llegado al hipertiroidismo después del tratamiento por hipotiroidismo.
Si el hipertiroidismo estuviera motivado por un tumor en la tiroides, la extirpación o el tratamiento por yodo radiactivo podría ser lo más eficaz. Evidentemente requerirá hospitalización y sólo podrá realizarse si el tumor no se encuentra cerca del esófago o de alguna arteria principal. En algunos casos, se puede extirpar parte del tumor y complementar con la radioterapia si no hay existencia o posibilidades de metástasis.
Una modificación de la dieta suele ser conveniente para mejorar problemas derivados del hipertiroidismo como los problemas de riñón.
Tras iniciar el tratamiento, se programarán citas cada dos o tres semanas durante los primeros tres meses de tratamiento acompañado de un recuento sanguíneo completo para verificar la concentración sérica de la hormona tiroidea. La dosis de medicamentos se ajustará con el fin de mantener la concentración de T4 en el rango bajo normal.
Si su gato ha sido sometido a la extirpación de la glándula tiroides, se necesitará el seguimiento de cerca para observar la recuperación física del gato. Tras la operación, su mascota podrá experimentar parálisis de la caja de voz y bajos niveles de calcio. Al trascurrir la primera semana postoperatoria, se examinará los niveles de la hormona tiroidea y, posteriormente, cada tres a seis meses.
En los casos de tumores, el pronóstico es bastante pobre en tumores malignos donde rápidamente hacen metástasis hacia los tejidos y órganos circundantes. Por el contrario, si es benigno, la perspectiva de vida es mucho mejor siendo capaz de recuperarse.