Debilidad, músculo tembloroso, descoordinación muscular, dolor muscular, depresión, reflejos hiperactivos, cambios de comportamiento y arritmias.
La hipomagnesemia es un trastorno caracterizado por la deficiencia de magnesio en sangre. Junto al potasio, el magnesio cumple muchas funciones metabólicas importantes dentro de las células y es el principal catalizador de más de 300 sistemas enzimáticos que incluyen la formación de ATP (adenosin trifosfato). Asimismo, es imprescindible en la producción y eliminación de la acetilcolina. Además, el magnesio regula el movimiento de calcio hacia las células del músculo liso.
El magnesio, por detrás del potasio, es el segundo elemento más presente en las células y lo encontramos básicamente en los huesos y en los tejidos blandos del cuerpo. Bajas concentraciones de magnesio extracelular pueden aumentar las concentraciones de acetilcolina en las placas terminales motoras, provocando la acción involuntaria de los músculos. El déficit de magnesio también puede inducir al desarrollo de dolores musculares severos, miopatías, arritmias cardíacas ventriculares y aumento de absorción de calcio en los huesos.
Debilidad, músculo tembloroso, descoordinación muscular, dolor muscular, depresión, reflejos hiperactivos, cambios de comportamiento y arritmias.
La hipomagnesemia puede ser causada por la desnutrición severa, enfermedades intestinales por mala absorción, medicamentos nefrotóxicos, diabetes mellitus, diuréticos, pérdida de calcio a través de la micción y disminución del suministro de magnesio (en pacientes sometidos a terapia de fluidos a largo plazo o diálisis).
La hipomagnesemia es difícil de detectar, en especial porque solo el 1% del magnesio se encuentra en plasma, lo que significa que se puede estar presentando un déficit de magnesio, aun cuando el magnesio sérico esté dentro de los rangos normales. Actualmente, se pueden realizar pruebas de determinación de magnesio ultrafiltrable que es más relevante porque sólo mide el magnesio activo (no unido a las proteínas) que es el mineral fisiológicamente relevante porque puede interactuar con células y tejidos.
Por la complejidad que implica la medición del magnesio, el veterinario buscará anomalías cardíacas, trastornos neuromusculares y signos de intoxicación que pudieran resultar relevantes. También puede utilizar un registro de electrocardiograma para estudiar la conducción eléctrica cardíaca y evaluar cualquier anomalía resultado de un efecto secundario de la hipomagnesemia.
El tratamiento de corregir el déficit de magnesio dependerá de la causa subyacente. El perro necesitará de cuidados intensivos si es diagnosticado con hipomagnesemia grave de lo contrario, podría morir si no se trata a tiempo.
El veterinario empezará por revisar la medicación del perro. Se debería suspender el uso de digoxina en caso de que haya sido prescrito previamente, hasta que se haya corregido la hipomagnesemia. Del mismo modo, el veterinario podrá ver oportuno eliminar los diuréticos y prescribirá otra forma alternativa para la eliminación de líquidos.
El veterinario requerirá controlar diariamente las concentraciones de magnesio y calcio de la mascota. Podrá administrar magnesio pero deberá ir controlando el resultado con electrocardiogramas para asegurar que el ritmo cardíaco se mantiene estable.