Cabeza oscilante, temblores de extremidades (agravado cuando se mueve o come y desparece cuando duerme), postura anormal, falta de coordinación, caídas como consecuencia de la incapacidad de medir distancias y del desequilibrio.
La hipoplasia cerebelosa es una afección en la que partes del cerebelo no se han desarrollado completamente. El cerebelo es la parte del cerebro encargado del equilibrio y la coordinación. La hipoplasia puede ser de dos tipos: 1) intrínseca o genética y 2) extrínsecas o adquirida. cuando la culpa proviene de toxinas externas o de deficiencias nutricionales.
La afección genética es una condición hereditaria en las razas: Airedales, Chow chow, Boston terriers y Bull terrier. Los síntomas se hacen visibles a partir de las seis semanas de edad. Los cachorros pueden mostrar una progresión lenta de los signos durante semanas o meses.
Cabeza oscilante, temblores de extremidades (agravado cuando se mueve o come y desparece cuando duerme), postura anormal, falta de coordinación, caídas como consecuencia de la incapacidad de medir distancias y del desequilibrio.
La hipoplasia cerebelosa es hereditaria en algunas razas, aunque también puede ser adquirida por causas extrínsecas. Las causas externas más usuales son:
El veterinario llevará un historial completo de la salud del perro, incluido antecedentes genéticos y posibles incidentes que podrían haber precipitado alguna infección. Asimismo, realizará un examen físico completo, perfil químico de la sangre, hemograma completo, panel de electrolitos y análisis de orina.
Si sospechara de esta afección, el veterinario realizaría un examen neurológico para ver coordinación y reflejos. Para el diagnóstico definitivo serán necesarias pruebas de imagen para ver el cerebelo. El veterinario solicitará resonancias magnéticas o tomografía computarizada para el diagnóstico.
No existe tratamiento aún, no obstante si bien estos signos son permanentes por lo general no empeoran. El veterinario tratará de mejorar la calidad de vida del perro. Para ello, es recomendable restringir la actividad y movilidad del perro para evitar lesiones. La fisioterapia podría ayudar en mantener la fuerza y coordinación y en algunos casos también podría recetar anticonvulsivos para controlar los temblores.