Tos, dificultad al respirar, falta de aliento, respiración rápida, respiración con la boca abierta, intolerancia al ejercicio, latidos rápidos del corazón, dolor, náuseas (arcadas), decoloración de la piel y de las membranas mucosas.
La hipoxemia es la disminución de la presión de oxígeno en la sangre arterial. La baja concentración de oxígeno puede ocasionar anemia en órganos y, con el tiempo, desarrollarse arritmia e insuficiencia cardíaca. Si se priva de oxígeno al cerebro, el daño resulta ser irreversible.
Tos, dificultad al respirar, falta de aliento, respiración rápida, respiración con la boca abierta, intolerancia al ejercicio, latidos rápidos del corazón, dolor, náuseas (arcadas), decoloración de la piel y de las membranas mucosas.
Son múltiples las causas que pueden generar la variación de la presión parcial de oxígeno en sangre como la neumonía, una afección del revestimiento de los pulmones, la anestesia, cardiopatías, enfermedades pulmonares e insuficiencia respiratoria.
El veterinario solicitará el historial médico completo del perro y un detalle de los síntomas. Durante el examen físico, el veterinario buscará signos de respiración acelerada, sobreexcitación, comportamiento ansioso, lesiones en la cabeza e incremento de la temperatura. También, se tomarán muestras de sangre arterial para determinar la concentración de gases.
Las radiografías y los ecocardiogramas son útiles para descartar enfermedades pulmonares y cardíacas. Si la enfermedad no puede detectarse por imagen, podrá hacerse una endoscopia o una punción en el pulmón para obtener muestras y detectar posibles cardiopatías o enfermedades subyacentes.
El tratamiento indicado dependerá de la causa. Se podrá suministrar oxígeno mediante una mascarilla como apoyo del sistema cardiovascular. Si el problema es de gasto cardíaco, se administrarán medicamentos vía intravenosa.
La hospitalización etás recomendada en caso de que el perro haya sufrido alguna lesión, una hemorragia o un shock por infección y de esta forma se facilitará el tratamiento por vía intravenosa.
La hipoxemia puede ser mortal. Si no hay mejoría tras el tratamiento y se observa dificultad para respirar o palidez, hay que acudir inmediatamente al veterinario. Asimismo, conviene acudir con regularidad al veterinario a fin de monitorear los niveles de gases en la sangre.