El objetivo del tratamiento siempre será reestablecer el flujo de orina. Para ello, lo primero sería asegurar un aumento de ingesta de agua y fármacos que hagan trabajar a los riñones para producir un mayor volumen de orina.
Si el gato sigue sin poder hacer pipi, el veterinario tendrá que eliminar la orina con cateterismo o una sonda.
Si el problema está en un bloqueo por cálculos, el objetivo será expulsar la piedra. Si fuera demasiado grande, el veterinario podría tratar de romperla en trozos más pequeños que pueda ser expulsados con la litotricia o aplicar cirugía para retirar la piedra. Si el bloqueo fuera por un tumor entonces se requeriría cirugía.
En caso de que el problema sea por una disfunción de la vejiga por culpa de una lesión de la médula espinal, el veterinario podrá optar entre un cateterismo intermitente o un sondeo permanente. Siempre que sea posible, será mejor el cateterismo intermitente porque la sonda permanente suele provocar más infecciones.