Los síntomas de la nocardiosis dependen en gran medida del lugar de la infección. Si, por ejemplo, se produce en la cavidad pleural, que incluye los pulmones y las membranas circundantes, los síntomas pueden incluir demacración, fiebre y respiración rasposa y dificultosa (disnea). Si se trata de una infección cutánea, los síntomas pueden incluir la presencia de heridas crónicas que no cicatrizan y, si no se tratan, el drenaje de los ganglios linfáticos. Si la infección no está localizada en un área específica del cuerpo (también conocida como diseminada), los síntomas pueden incluir fiebre, pérdida de peso y comportamiento letárgico.