Inflamación de la vesícula biliar y de los conductos biliares en gatos
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Reservado

La vesícula biliar está encargada de almacenar la bilis, que es un líquido fundamental para que el estómago y los intestinos digieran los alimentos. El hígado es el órgano que fabrica la bilis y ésta llega a la vesícula biliar y al intestino delgado a través de un conducto. Para funcionar correctamente, este sistema necesita funcionar en armonia. Si uno solo de sus componentes no funciona bien, la mayoría del cuerpo sufrirá las consecuencias. 

La vesícula biliar puede inflamarse por infecciones bacterianas, coágulos, tumores, cálculos biliares o por obstrucción o inflamación del conducto biliar. También puede ocurrir como consecuencia de una inflamación del hígado. Y en casos muy graves se podría llegar a la ruptura de la vesícula biliar, seguida de la inflamación de la vía biliar. Esta enfermedad se llama peritonitis biliar.

Los gatos de edad madura o mayores tienen mayor propensión a esta enfermedad así como aquellos que tienen hígados agrandados, que pueden llegar a desarrollar cáncer de la vesícula biliar.

Síntomas

Algunos de los síntomas que pueden ser indicativos de una vesícula biliar o conducto biliar inflamado son la pérdida repentina de apetito, el letargo, los vómitos y el dolor abdominal. La ictericia de leve a moderada con fiebre concurrente se asocia comúnmente con las condiciones del conducto biliar. Busque los ojos amarillos y el color amarillo de las encías. 

También puede producirse un shock debido a una infección y a la reducción del volumen sanguíneo. Los signos de shock incluyen respiración superficial, hipotermia, encías pálidas o grises y un pulso débil pero rápido. La inflamación y las adherencias que afectan a la vesícula biliar y a los tejidos adyacentes pueden provocar la hinchazón del tejido; se sentirá una masa palpable de tejido en la parte superior derecha del abdomen, especialmente en los gatos de pequeño tamaño.

Causas

Existen varias causas

  • Funcionamiento anormal de los músculos de la vesícula biliar, lo que conduce a que el flujo biliar se deteriore, 
  • Menor aporte de sangre a la pared de la vesícula biliar, lo cual debe corregirse
  • Los propios irritantes que contiene la bilis pueden producir que el conducto biliar sea extremadamente sensible y reaccione ante la irritación. 
  • Cirugía abdominal previa o trauma en el abdomen que afecten al hígado 
  • Infecciones bacterianas. Aunque la E.coli  (Escherichia coli) forma parte de la flora bacteriana en el intestino puede que provenga de una cepa dañina. La consiguiente colecistitis enfisematosa es una inflamación de la vesícula biliar complicada y aguda caracterizada  por la presencia de gas en la pared de la vesícula biliar. Está asociada con la  diabetes mellitus. De todas formas, es una condición bastante rara. 
  • Otras causas posibles son el desarrollo anormal de la vesícula biliar y los parásitos del conducto biliar (coccidiosis biliar).
Diagnóstico

Mediante imágenes de ultrasonido y rayos X se podrá observar claramente el abdomen y localizar problemas concretos. Además se realizarán análisis de sangre y orina. 

El veterinario para confirmar el diagnóstico también puede realizar una biopsia de la vesícula que sería definitiva para determinar la causa.

Se estudiarán  otras enfermedades como pancreatitis, peritonitis biliar, afección del tracto biliar por gastroenteritis, existencia de piedras en la vesícula biliar, destrucción celular o abscesos en hígado, envenenamiento, acumulación de bilis engrosada en la vesícula, metástasis cancerosa y colangiohepatitis (inflamación del sistema que transporta la bilis y el tejido hepático circundante).

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la causa. Si la inflamación de la vesícula biliar ha sido causada por bacterias normalmente el veterinario recetará antibióticos. Si el veterinario detectara presencia de cálculos biliares recetará medicamentos para disolverlos en los casos leves o aplicará cirugía. En los casos que encontrara que los órganos próximos comprimieran el conducto biliar, el veterinario tratará de solucionar el problema y solucionar las respectivas inflamaciones. 

Si la vesícula biliar estuviera muy dañada, el veterinario optará entonces por extirparla. Los gatos, al igual que las personas, pueden vivir una vida normal sin vesícula biliar. Durante la operación, el veterinario estará atento a la fuga de bilis y a la disminución de la presión arterial. Puede ser necesarias una transfusión de sangre completa si el gato tiene tendencia a hemorragias o si ha perdido mucha sangre. También puede ser necesaria la introducción de líquidos por vía intravenosa y la transfusión de plasma.

Pueden ser necesaria una transfusión de sangre completa si el gato tiene tendencia a hemorragias o si ha perdido mucha sangre. Se introducirán líquidos por vía intravenosa y transfusión de plasma. 

El veterinario determinará las pruebas de control y exámenes físicos una o dos veces al mes hasta que los resultados sean normales. Cabe la posibilidad de que la enfermedad vuelva o se presenten complicaciones. Mucho cuidado con la actividad del gato durante la curación porque una ruptura del tracto biliar puede provocar retrasos en su recuperación.