Vómitos, diarrea, pérdida de apetito y de peso, deshidratación, fiebre, fatiga, lentitud, depresión, dolor abdominal, ritmo cardíaco elevado y dificultad para respirar.
El páncreas es un órgano cuyo buen funcionamiento es casi imprescindible para que nuestro perro tenga una salud óptima. Es parte del sistema endocrino digestivo, fundamental para la digestión de alimentos pues produce las enzimas encargadas de digerirlos y producir insulina.
Si se inflama el páncreas, el flujo de enzimas en el tracto digestivo puede alterarse y afectar a zonas como el riñón o el hígado. El abdomen también se inflama con la consiguiente infección. En el caso de sangrado del páncreas, la situación puede desembocar en el fallecimiento del perro.
La pancreatitits suele progresar con rapidez, pero también puede tratarse.
El Schnauzer Miniatura, el Caniche Miniatura y el Cocker Spaniel son razas con cierta predisposición. También pueden verse afectados los perros senior y las hembras.
Vómitos, diarrea, pérdida de apetito y de peso, deshidratación, fiebre, fatiga, lentitud, depresión, dolor abdominal, ritmo cardíaco elevado y dificultad para respirar.
Existen varias causas posibles:
Mediante imágenes de rayos X se buscarán daños directos en el páncreas. Los quistes o abcesos se localizarán mediante ultrasonidos. De dichos tejidos se puede tomar una biopsia para su análisis. Es necesario comprobar la existencia de posibles cálculos biliares.
Son necesarios algunos análisis: de sangre para comprobar los desequilibrios de nutrientes, medición de enzimas pancreáticas y hepáticas para comprobar su aumento en el torrente sanguíneo y control de la insulna para que no existan alteraciones que conduzcan a la diabetes.
El tratamiento dependerá de los síntomas que presente el perro y de la gravedad de los mismos. No hay un tratamiento exacto para la pancreatitis aguda.
En la consulta veterinaria se puede tratar la pancreatitis mediante terapia de líquidos, sustancias que ayudan a que el flujo sanguíneo en venas y arterias se mueva, suplementos de electrolitos y suplementos de potasio.
En el caso de que la pancreatitis esté provocada por una medicación concreta, esta será retirada de inmediato.
Después del tratamiento, el perro tiene que permanecer en reposo y sin alimentos ni bebidas durante unos días hasta que el páncreas del perro disminuya la producción de enzimas digestivas. Para evitar la deshidratación, el veterinario determinará una terapia de fluidos.
Se recomienda una dieta blanda, baja en grasas, alta en carbohidratos y de fácil digestión. Esta dieta puede mantenerse si la pancreatitis vuelve a aparecer o se vuelve crónica.
Puede ser necesario que se suministren al perro medicamentos para ayudar a controlar el vómito, analgésicos para paliar el dolor y antibióticos para prevenir infecciones. Todos ello, bajo supervisión del veterinario.
Solo en el caso de graves acumulaciones de líquido, será necesaria la intervención quirúrgica para eliminar el tejido dañado o cualquier otra obstrucción que provoque la inflamación.