Los síntomas suelen producirse debido a la disminución de la capacidad del cuerpo para desarrollar una respuesta inmunológica normal contra las infecciones. Pueden incluir:
- Enfermedades menores recurrentes
- Ganglios linfáticos agrandados
- Diarrea persistente
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Debilidad
- Inflamación de las encías y los tejidos orales
- Enfermedad del tracto respiratorio superior, incluyendo la inflamación de los tejidos de la nariz y los párpados
- Insuficiencia y enfermedad renal a largo plazo (crónica)