Aunque no existe una cura para la insuficiencia renal crónica, existen numerosos pasos que se pueden tomar para minimizar los síntomas y retrasar la progresión de la enfermedad. Se debe seguir una dieta especializada, baja en proteínas, fosforo, calcio y sodio. Deberá asegurar que el gato siempre tenga una cantidad adecuada de agua limpia para beber y, en casos de deshidratación, podría administrar líquidos vía intravenosa. También puede ser necesario suministrar eritropoyetina para potenciar la producción de glóbulos rojos e incrementar los niveles de oxígeno en los tejidos.
La insuficiencia renal crónica es una enfermedad progresiva. Los gatos que experimentan esta enfermedad deben ser monitoreados de forma continua. El pronóstico del gato dependerá de la gravedad de la enfermedad, pero se pueden esperar algunos meses o algunos años de estabilidad con el tratamiento adecuado. Se recomienda que los gatos que hayan desarrollado enfermedad renal crónica no sean utilizados para la cría.