Según el avance de la enfermedad, el perro podría recibir tanto cuidados ambulatorios como atención hospitalaria. Si el perro sufre convulsiones, necesitará la administración inmediata de glucosa como también una solución temporal para aumentar los niveles de glucosa como por ejemplo el jarabe de maíz. Otra opción es suministrar esteroides- bajo vigilancia médica- para contrarrestar los efectos de la insulina. La prednisona es un esteroide que estimula la formación de glucosa.
La hipoglucemia se puede resolver eliminando la parte del páncreas donde está alojado el tumor. Si el cáncer está avanzado, será necesario un tratamiento adicional como quimioterapia o radioterapia, si así lo considera el oncólogo.
Para limitar las fluctuaciones de insulina, es importante alimentar la perro con pequeñas comidas y frecuentes. No conviene que el perro esté más de cuatro horas sin comer. El plan alimentario debe realizarlo un veterinario con alimentos ricos en proteínas y carbohidrato.
El veterinario también aconsejará un plan de ejercicio para evitar el sobrepeso.