Fiebre, vómitos, diarrea, salivación excesiva, dificultad para respirar (asfixia, tos, náuseas), dolor abdominal, piel y encías de color azul-púrpura, olor a petróleo, mareos, confusión, inestabilidad y dificultad para caminar, temblores y convulsiones, ritmo cardíaco irregular y pérdida del conocimiento. En casos graves puede inducir al coma.