La rabia en gatos
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Malo

La rabia es una enfermedad infecciosa viral muy conocida porque se puede transmitir a los seres humanos. La rabia es mortal y es importante detectarla rápidamente para poderla tratar. El virus de la familia Rhabdoviridae está presente en prácticamente todo el mundo y afecta específicamente al cerebro y al sistema nervioso central (SNC). El virus ingresa al cuerpo después de la mordedura de un animal contagiado con el virus a través de la saliva. Por lo general, los animales portadores son los zorros, mapaches y murciélagos.

Ya en el cuerpo, el virus se replica en las células de los músculos, se propaga a las fibras nerviosas cercanas incluidos los nervios periféricos, sensoriales y motores. El virus puede tardar un mes en desarrollarse pero, una vez que los síntomas han comenzado, se propaga rápidamente. 

Actualmente se está intentando controlar la enfermedad en la mayoría de países del mundo y la vacuna está cada vez más extendida.

Se describen dos formas de rabia: 1) rabia paralitica, se caracteriza por debilidad y perdida de coordinación, seguida de parálisis, 2) la rabia furiosa se caracteriza por comportamientos extremos, que incluyen agresión abierta y ataques.

Síntomas

En la etapa inicial el gato sólo mostrará signos leves de anormalidades en el SNC (tanto en la rabia paralítica como rabiosa). Esta etapa durará de uno a tres días. La mayoría de los gatos progresarán entonces a la etapa furiosa, a la etapa paralítica o a una combinación de ambas, mientras que otros sucumbirán a la infección sin mostrar ningún síntoma importante.

La rabia furiosa se caracteriza por cambios extremos de comportamiento, incluyendo agresión abierta y comportamiento de ataque. La rabia paralítica, también conocida como rabia muda, se caracteriza por la debilidad y la pérdida de coordinación en el gato, seguida de parálisis.

Este es un virus de movimiento rápido. Si no se trata poco después de que los síntomas hayan comenzado, el pronóstico es malo. Por lo tanto, si su gato se ha peleado con otro animal, o ha sido mordido o arañado por otro animal, o si tiene alguna razón para sospechar que su mascota ha entrado en contacto con un animal rabioso (incluso si su mascota ha sido vacunada contra el virus), debe llevar a su gato a un veterinario para su cuidado preventivo inmediatamente.

A continuación, se enumeran otros síntomas que debe tener en cuenta en su gato:

  • Fiebre
  • Parálisis
  • Incapacidad para tragar
  • Hidrofobia
  • Mandíbula caída
  • Falta de coordinación muscular
  • Timidez o agresión inusual
  • Excitación excesiva
  • Hipersalivación o saliva espumosa


Causas

El virus de la rabia es un virus de ARN monocatenario del género Lyssavirus, de la familia Rhabdoviridae. Se transmite a través del intercambio de sangre o saliva de un animal infectado. En casos raros, puede contagiarse por la inhalación de gases que escapan de animales en descomposición o en cuevas con grandes poblaciones de murciélagos, en donde el virus está muy extendido.

Diagnóstico

Tras la sospecha de rabia, llame a su veterinario inmediatamente. 

Si el veterinario sospecha de la infección pondrá en cuarentena al gato durante 10 días. La prueba de análisis de sangre servirá para confirmar la presencia del virus. Durante la cuarentena, los síntomas pueden progresar. 

En los casos graves, sacrificar a la mascota será la mejor opción.

Tratamiento

Un gato no vacunado que es mordido o expuesto a un animal rabioso debe permanecer en cuarentena hasta los 6 meses, o acogerse a lo establecido en las regulaciones locales. Desafortunadamente, en animales no vacunados, la muerte ocurre dentro de los 7 a 10 días desde que comenzaron los síntomas iniciales. Por desgracia la rabia no tiene cura ni tratamiento y sólo es posible prevenirla mediante la vacunación del gato.

Nosotros podemos padecer también la rabia y por ello es importante que si nos muerde o araña un gato, desinfectemos la herida con agua y jabón y acudamos cuanto antes a un centro médico para recibir la vacuna antirrábica. También es importante desinfectar cualquier área que el animal pueda haber infectado con la saliva usando una dilución de 1:32 de solución de lejía doméstica. La saliva puede ser contagiosa si entra en contacto con alguna zona de la piel donde haya algún rasguño.