Leishmaniasis en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Malo

La leishmaniosis o leishmaniasis es la enfermedad parasitaria que desarrollan principalmente los perros aunque también podemos encontrar en gatos. Una vez infectado, entra en funcionamiento el sistema inmunitario del gato y según su respuesta la enfermedad avanzará o no. 

Si el sistema inmunitario al detectar el parásito fábrica anticuerpos, no logrará parar la enfermedad y al final será la proliferación de estos anticuerpos los que acaben provocando problemas. Sin embargo, si fabrica células para atacar las células infectadas y “engullirlas” con el parásito en su interior, el gato logrará vencer la enfermedad.

La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica y esto significa que también la pueden contraer las personas. En principio es difícil pero las personas con un sistema inmunitario debilitado están expuestas a la enfermedad.

La enfermedad puede presentarse de 2 formas. La visceral que es cuando afecta básicamente a los órganos del abdomen y la cutánea que es cuando afecta a la piel.

Síntomas

Visceral – afecta a los órganos de la cavidad abdominal

  • Pérdida de apetito y de peso
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Heces alquitranadas (menos comunes)
  • Sangrado de la nariz
  • Intolerancia al ejercicio

Cutáneo: afecta a la piel

  • Pérdida de pelo
  • Excesiva descamación
  • Despigmentación  de la piel
  • Agrietamiento de hocico y almohadillas
  • Nódulos superficiales
Causas

El parásito Leishmania se transmite a través de la picadura de un mosquito: el Phlebotomus perniciosus. Para que el mosquito transmita el parásito, primero tiene que picar a un animal infectado. Por ello es muy necesario utilizar productos antiparasitarios para evitar la picadura. 

La enfermedad se transmite básicamente en zonas con climas suaves porque si hace frío no vivirán los mosquitos que son los transmisores.

Diagnóstico

El veterinario si sospecha de la infección, realizará el test de Leishmania para detectar el parásito en la sangre. Un test cuesta unos 10€ más el coste de sacar la sangre.

Tratamiento

El tratamiento es largo pero suele dar buenos resultados si la enfermedad se detecta en fases iniciales, antes de que afecte a algún órgano vital. Normalmente se medicará al gato en casa. Durante el primer mes de tratamiento la medicación es más intensa y después siguen seis meses de medicación suave.

La medicación combina el alopurinol que detiene la expansión del parásito en el cuerpo y la miltefosina que lo mata.

Difícilmente se llegará a eliminar el parásito del cuerpo y los gatos pasarán a ser enfermos crónicos. Hay que controlar la salud del gato porque es habitual sufrir recaídas.

La enfermedad es grave y conviene prevenir con antiparasitarios.