Lupus eritematoso en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

El lupus eritematoso sistémico es un trastorno autoinmune es decir, el organismo se ataca a sí mismo como si fueran patógenos que necesitaran ser destruidos. Se trata de una enfermedad crónica y progresiva que puede afectar a todos los órganos y tejidos del perro y conviene distinguirla del lupus eritematoso cutáneo que sólo afecta a la piel.

Las razas pastores de Shetland, Collies, Pastores Alemanes, Viejos pastores Ingleses, Sabuesos afgano, Beagles, Setter irlandeses y Poodles están predispuestas genéticamente a padecer el trastorno inmunitario. Mayormente, el trastorno se desarrolla a los 6 años, pero puede ocurrir a cualquier edad.

Síntomas

Letargo, pérdida de apetito, fiebre que se observa especialmente en la fase aguda, pérdida de masa muscular, articulaciones inflamadas y / o dolorosas, cojera en pierna cambiante, dolor muscular, piel exocrina, lesiones de la piel, enrojecimiento, descamación, úlceras, despigmentación, problemas renales, deposición de complejos inmunes en el riñón, agrandamiento del riñón y el hígado, ganglios linfáticos inflamados y pérdida del cabello.

Causas

La causa de los lupus eritematosos sistémicos es desconocida, no obstante, la exposición prolongada a la luz ultravioleta constituye un factor de riesgo.

Diagnóstico

Después de proporcionar el historial clínico del perro, el veterinario realizará un examen físico completo junto a un perfil sanguíneo químico, un hemograma completo y un análisis de orina. Partiendo de los resultados y los signos evidentes de la enfermedad, se ordenará una prueba de anticuerpos antinucleares (anticuerpos que arremeten contra las proteínas normales) y sus resultados podrán revelar un gran número de anticuerpos, indicando un posible trastorno autoinmune.

Tratamiento

El tratamiento a seguir dependerá inicialmente de la condición en el que el perro se encuentre. Si el can está en un estado de crisis hemolítica, podrá requerir de trasfusiones de sangre. Por el contrario, si la afección no es grave, la mascota podrá recibir tratamiento ambulatorio. 

El veterinario podrá suministrar inmunosupresores como la prednisona, o prednisolona por 10 días. Si no se observa mejoría durante ese periodo de tiempo, se podrá añadir al tratamiento la azatioprina. Una vez que los síntomas hayan disminuido, se disminuirá la dosis de azatioprina lo máximo posible.  

El pronóstico en perros con lupus eritematoso es reservado, en especial si la mascota sufre de insuficiencia renal. Por tratarse de una enfermedad progresiva, se requerirá de terapia con fármacos inmunosupresores por largo tiempo. 

Mientras se administra el tratamiento en casa, el perro tendrá que descasar en un lugar tranquilo, a ser posible en una jaula hasta que pueda moverse de forma segura y sin sobrecargarse. Sería conveniente evitar la exposición a luz solar, en especial durante la mañana y al mediodía para evitar que las heridas cutáneas empeoren. Si se ha diagnosticado insuficiencia renal, será necesitaría una dieta estricta baja en proteínas. 

Es recomendable no criar animales diagnosticados con el trastorno. Al iniciar el tratamiento en casa, el veterinario programará citas semanales a fin de evaluar de cerca la efectividad del tratamiento y controlar los posibles efectos secundarios de los inmunosupresores.