Fiebre alta (por encima de los 39º), ojos rojos, descarga de agua por la nariz y los ojos, letargo, falta de apetito, tos persistente, vómitos y diarrea.
En las últimas etapas de la enfermedad, el virus comienza a atacar el sistema nervioso y el cerebro y la médula espinal se ven afectados. Entonces el perro puede empezar a tener ataques como: convulsiones, parálisis o ataques de histeria.
El moquillo canino es a veces también llamado “enfermedad de la almohadilla dura” debido a que el virus puede causar un agrandamiento anormal o engrosamiento de las almohadillas de las patas. En los perros o animales con sistemas inmunes débiles, puede producir la muerte de dos a cinco semanas después de la infección inicial.