Tos sin mejora con antibióticos, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio, fiebre, falta de apetito, pérdida de peso, letargo y pus amarillo o verde en la secreción nasal.
La neumonía es la inflamación de uno o ambos pulmones. Y cuando hablamos de neumonía eosinofílica se refiere a la inflamación como respuesta a antígenos (agentes extraños que inducen la inmunidad), caracterizada por la acumulación de eosinófilos (glóbulos blancos involucrados en la respuesta alérgica) y líquido en el pulmón. El resultado es la inflamación de los tejidos pulmonares y la disminución de la capacidad respiratoria.
Tos sin mejora con antibióticos, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio, fiebre, falta de apetito, pérdida de peso, letargo y pus amarillo o verde en la secreción nasal.
La neumonía eosinofílica es provocada mayormente por mohos o por ambientes altamente contaminados. El polen, los insectos y los parásitos (gusano del corazón) también son factores de riesgos que pueden desencadenar la afección.
El veterinario necesitará conocer el historial médico de la mascota. Luego, realizará un examen físico acompañado de un hemograma completo, un perfil químico sanguíneo, un análisis de orina, una prueba de heces y una de gasometría (medición de gases en sangre). Los resultados del hemograma podrán mostrar un incremento en la concentración de glóbulos blancos como consecuencia de tener que combatir con elemento extraños.
Se tomarán muestras de líquido en los pulmones y radiografías de tórax para confirmar el diagnóstico. En ellos se podrá evidenciar líquido en el tejido pulmonar por una gran cantidad de eosinófilos.
Finalmente será también importante evaluar las heces para detectar como causa subyacente la infección por gusanos del corazón.
Si el perro se encuentra en una condición grave, tendrá que ser hospitalizado para administrarle fluidoterapia y compensar la pérdida de líquidos corporales o prevenir la deshidratación. Si presenta dificultad respiratoria, se le suministrará oxígeno y medicamentos para dilatar las vías respiratorias.
Los esteroides servirán para reducir la infamación y los fármacos supresores serán necesarios para tratar las reacciones alérgicas. En caso de infecciones micóticas, se podrán usar antimicóticos.
Los casos más avanzados de neumonía, donde se ha demostrado un daño permanente o cicatrización de los pulmones, es probable que se deba extirpar parte del pulmón afectado.
Durante el tratamiento y recuperación, el perro no podrá realizar actividades físicas y necesitará descansar en un sitio tranquilo, lejos del estrés y ruido de otras mascotas y niños. El veterinario indicará una dieta con un buen aporte calórico y citas de seguimiento, para controlar la respuesta de su mascota al tratamiento.