Los síntomas varían según el tipo de neumotórax, aunque algunos signos comunes incluyen: respiración rápida, dificultad para respirar, respiración superficial del abdomen y frecuencia cardíaca rápida.
El neumotórax es la acumulación de aire entre los pulmones y la pared torácica. El aire acumulado en el espacio pleural ejerce presión sobre el exterior del pulmón, haciéndolo colapsar.
El neumotórax se clasifica en cuatro clases: 1) traumático, cuando es producido por un traumatismo; 2) espontáneo, en el que se muestra signos de una enfermedad pulmonar y no es causado por trauma o lesión; 3) abierto, ocurre cuando existe un defecto en el sistema respiratorio que provoca el contacto entre el espacio pleural y la atmosfera exterior; 4) cerrado, que es un neumotórax sin ningún defecto respiratorio.
Los perros grandes y de pecho profundo son más propensos a sufrir neumotórax espontáneo.
Los síntomas varían según el tipo de neumotórax, aunque algunos signos comunes incluyen: respiración rápida, dificultad para respirar, respiración superficial del abdomen y frecuencia cardíaca rápida.
El neumotórax traumático ocurre cuando el aire que se acumula en el espacio pleural se debe a algún tipo de trauma, como un accidente automovilístico o incisiones en el tórax. Suele ser evidente por los signos del trauma.
Los perros con neumotórax espontáneo, por otro lado, pueden mostrar signos de enfermedad pulmonar. El neumotórax espontáneo se debe a una causa no traumática y puede ser primario o secundario cuando está provocado por una enfermedad subyacente. El neumotórax espontáneo puede originarse por cuerpos extraños en el pulmón, cáncer de pulmón, abscesos, enfermedades pulmonares causadas por parásitos o por ampollas pulmonares.
El neumotórax abierto se produce cuando hay un defecto localizado en el sistema respiratorio, como una punción en la pared del tórax, que provoca el contacto entre el espacio pleural y la atmósfera exterior; y el neumotórax cerrado, mientras tanto, se identifica como neumotórax sin ningún defecto respiratorio que contacte con el exterior.
El neumotórax traumático generalmente está abierto, mientras que el neumotórax espontáneo siempre está cerrado.
El veterinario preguntará por el historial médico y por los posibles incidentes que antecedieron a la condición. Luego, el veterinario podrá hacer una toracocentesis en la que se inserta un catéter intravenoso unido a una extensión en la cavidad pleural. Este método también es útil para el tratamiento porque permite extraer aire del espacio pleural.
Otro procedimiento para el diagnóstico es la broncoscopia, técnica que implica el uso de un tubo delgado con una cámara diminuta que se inserta en las vías respiratorias a través de la boca.
Adicionalmente, se podrá incluir métodos de diagnóstico por imagen como rayos X de tórax o pruebas de orina.
Un perro diagnosticado con neumotórax debería ser hospitalizado, a fin de extraer la acumulación de aire de la cavidad pleural, mientras que se administra oxígeno para estabilizarlo. En caso de ser provocado por una lesión o trauma, se limpiarán las heridas y se cubrirán con un vendaje hermético para que luego se puedan sellar quirúrgicamente.
La actividad física de la mascota deberá restringirse por algunas semanas para minimizar las posibilidades de recurrencia. Si fuera necesario, el perro podría descansar en una jaula, alejado de niños y otras mascotas. En casa habría que controlar la frecuencia respiratoria y el pulso.