Un examen físico puede revelar ceguera o visión reducida en uno o ambos ojos y pupilas fijas y dilatadas. Un examen de la superficie anterior de la cavidad del ojo puede revelar un disco óptico hinchado o una hemorragia focal.
La neuritis óptica es la inflamación de uno o ambos nervios ópticos, nervios que toman la información visual y la transmiten al cerebro; como consecuencia de la hinchazón, la función visual se ve deteriorada.
La forma primaria de neuritis óptica es poco común y comúnmente afecta a perros menores de tres años mientras que, la forma secundaria de neuritis óptica es más común y es secundaria a otra enfermedad o trastorno como la disfunción del sistema nervioso central.
Un examen físico puede revelar ceguera o visión reducida en uno o ambos ojos y pupilas fijas y dilatadas. Un examen de la superficie anterior de la cavidad del ojo puede revelar un disco óptico hinchado o una hemorragia focal.
Las posibles causas de neuritis óptica secundaria incluyen una neoplasia (crecimiento celular anormal), micosis sistémicas (infección fúngica), toxoplasmosis (enfermedad parasitaria) o envenenamiento por plomo. En pocos casos, la enfermedad aparece sin razón aparente y no se puede identificar el origen (idiopático).
Por otro lado, tal como ya hemos dicho, la neuritis óptica primaria es muy rara, por lo que aún se desconoce qué lo origina.
El veterinario tendrá que recopilar el historial completo de salud de la mascota en el que se especifique la aparición de los síntomas y posibles incidentes que podrían haber precedido a la afección. A continuación, el veterinario hará pruebas de rutina que incluyen un perfil sanguíneo químico completo y análisis de orina a fin de detectar la presencia de agentes infecciosos que puedan estar causando la enfermedad (virus, hongos o protozoos).
Si se sospecha que el perro tiene la enfermedad, el veterinario tomará muestras de líquido cefalorraquídeo y realizará un electrorretinograma para examinar la capacidad de funcionamiento de la retina. El diagnostico podrá complementarse con los procedimientos de tomografía computarizada y resonancia magnética.
El tratamiento y el pronóstico de la neuritis dependerá directamente de la enfermedad que provocó la afección. Primero el veterinario tratará de desinflamar el nervio óptico porque si permanece inflamado durante mucho tiempo los daños serán irreversibles y el perro podría perder la vista. Para ello el veterinario recetará antinflamatorios.
Cuando la neuritis es secundaria, el veterinario también recetará medicación para solucionar el problema subyacente.
Se programarán citas de seguimiento para controlar los síntomas y la eficacia del tratamiento. Si la neuritis óptica es de origen idiopático, es decir, se desconoce la causa de su aparición, la perdida de la visión suele ser irreversible.