El veterinario recetará medicamentos antiparasitarios como selamectina, ivermectina o moxidectina. Si la condición no fuera grave, los antiparasitarios se aplicarán de forma tópica y si el proceso estuviera avanzado, el veterinario optaría por la aplicación por vía oral o inyectable. El veterinario también incidirá en la limpieza del canal auditivo con mucho cuidado para que no quede dañado.
Si hubiese evidencia de pioderma o infecciones bacterianas o fúngicas, también se administrarán antibióticos o antifúngicos. Si el perro mostrara signos de dolor, el veterinario también podría recetar antiinflamatorios. Dependiendo del grado de contaminación, el tratamiento puede prolongarse durante 4-5 semanas.
Como la probabilidad de contagio es alta entre los animales, sería conveniente aislar al animal infestado y desinfectar los accesorios que hayan entrado en contacto con el animal enfermo: mantas, peine, ropa, juguetes, entre otros. Antes de abandonar el tratamiento conviene estar seguro de haber eliminado totalmente los ácaros. Para evitar recaídas es necesario mantener una buena higiene, usar antiparasitarios y realizar revisiones periódicas.