El paro cardiopulmonar es una emergencia mortal que requiere de hospitalización inmediata. El veterinario se concentrará en reiniciar el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria; para lograrlo podrá ejecutar la maniobra de reanimación cardiopulmonar.
En el hospital, los perros con insuficiencia cardíaca necesitarán de un masaje para estimular el latido normal del corazón. Si el corazón no responde se pueden administrar medicamentos directamente al corazón o realizar una incisión en el tórax como último recurso para realizar una reanimación abierta. Y si el paro se ha producido por problemas respiratorios, habrá que despejar la tráquea y se puede insertar un tubo para facilitar la respiración. Al mismo tiempo, la oxigenoterapia normalizará los niveles de oxígeno en sangre.
Hasta llegar al veterinario, si el perro no respira y no hay pulso, sería necesario colocarlo de lado derecho en el suelo y realizar compresiones de aproximadamente un tercio del diámetro del tórax (unas 100 por minuto) para recuperar el funcionamiento del corazón. Y si no respira sería necesario tapar la boca del perro y soplar aire en su nariz cada 30 compresiones.
El pronóstico general dependerá de la causa subyacente del paro cardiopulmonar. No obstante, menos del 10% de los perros logran recuperarse. El perro permanecerá hospitalizado mientras las funciones cardíacas se estabilizan.