Normalmente, lo más fácil es tratar de disolver la piedra y expulsarla con la orina (con la ayuda de medicamentos y bebiendo mucha agua). Si el tamaño de la piedra no es muy grande, también se puede utilizar la urohidropropulsión que forzaría la expulsión de las piedras. Y si las piedras fueran demasido grandes para salir por la vejiga, hoy en día existe una técnica denominada lictotricia extracorpórea que permite eliminar los cálculos sin necesidad de cirugía. Esta técnica permite romper los cálculos ante ondas de choque (ESWL). Una vez rotos, los cálculos pueden pasar con la orina por el uréter y ser expulsados por la vejiga sin problemas. Y si con todo, no consiguiéramos retirar las piedras que obstruyen el tracto urinario, deberíamos recurrir a la cirugía.
Si el perro mostrase infección urinaria debería tratarse con antibióticos. Y si finalmente fuera necesaria la cirugía, habrá que mantenerlo hidratado suministrando fluidos.
Normalmente se producen recaídas y es recomendable ir controlando la situación. Por lo general es muy recomendable un cambio de dieta para reducir el riesgo de que aparezcan nuevos cálculos.